Se le llama ósmosis a un fenómeno físico que describe el movimiento de un solvente a través de una membrana semipermeable. Este movimiento se caracteriza por no utilizar energía.
Historia[]
En 1748, Abbé Jean Antoine Nollet descubrió que, si se pone agua pura a un lado de una membrana animal y una solución acuosa con electrolítos u otras moléculas en el otro lado, el agua pasa hacia la solución a través de la membrana. Este movimiento del agua a favor de su gradiente de concentración se denominó ósmosis. [1]
Funcionamiento de ósmosis.
Mecanismo[]
Se suele ignorar el hecho de que el agua también se comporta como cualquier otra sustancia. Es así que esta también se difunde a favor de su gradiente. Más tarde se descubriría que la ósmosis produce una gradiente de presión hidrostática.[2]Esta propiedad tiene suma importancia en los mecanismos de funcionamiento de las células.
Se debe resaltar que este mecanismo se da con la presencia de una membrana semi-permeable (que dé paso al agua y no al soluto). El agua se dirige hacia la solución hasta que el flujo neto (la tasa neta de movimiento del agua) a través de la membrana llega a ser cero.
La ósmosis (el paso del agua a través de la membrana) produce, entonces, una gradiente de presión hidrostática. La diferencia de presión produce una diferencia en el nivel de la solución a medida que el agua avanza. Esta diferenciación continúa hasta que la tasa neta del flujo de agua llega a ser cero. Esto se da porque la presión hidrostática en el compartimiento que recibe agua llega a un tope, y tiene la capacidad de hacer retroceder a las moléculas de agua que vienen. Esta presión presente en el compartimiento que recibe agua se conoce como presión osmótica. Se entiende por presión osmótica a la presión necesaria para detener el flujo de agua de un compartimiento a otro.